PROYECCIÓN ACADÉMICA, SEMBLANZA INTELECTUAL

Y TRAYECTORIA PÚBLICA DEL

EXCMO. SR. DON CARLOS OLLERO GÓMEZ.

DON CARLOS OLLERO GÓMEZ nació en la Ciudad de Carrión de los Condes el día 1 de diciembre de 1.912. Así lo acredita su partida de nacimiento expedida por el Registro Civil de dicha Ciudad, Sección I, Libro 34, Folio 82, nº 81. Nació en la casa de la familia de su madre, Dª María Gómez Sourt; familia a cuyos miembros frecuentaba asiduamente mientras vivieron.

Cursó sus estudios con brillantes resultados, comenzando por ser Premio Extraordinario de Bachillerato, único de su distrito Universitario. Posteriormente, DON CARLOS OLLERO GÓMEZ obtuvo los grados de Licenciado en Derecho -con Premio Extraordinario-, en Ciencias Políticas y Económicas y en Filosofía y Letras, alcanzando los grados de Doctor en Derecho y de Doctor en Ciencias Políticas y Económicas.

En 1.945 y con el número uno, DON CARLOS OLLERO GÓMEZ ganó, por Oposición, la Cátedra de Derecho Político de la Universidad de Barcelona. En 1.953, igualmente por Oposición y también con el número uno, ganó otra Cátedra: la de Teoría del Estado y Derecho Constitucional de la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas de la Universidad de Madrid.

Fue elegido Miembro de Número de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas en 1.965. Su discurso de ingreso en dicha Corporación “estableció la fundamentación más rigurosa de los principios legitimadores y fundacionales de la Monarquía del presente”. (Revista de Estudios Políticos, núm. 82, 1.993).

Igualmente, fue elegido Académico de la Academia de de Ciencias Sociales y Políticas de Venezuela.

Don Juan de Borbón y Battenberg, Conde de Barcelona y padre del actual Rey de España, tuvo a bien nombrar a DON CARLOS OLLERO GÓMEZ miembro de su Consejo Privado y en él realizó valiosas aportaciones para el futuro de nuestro país, hasta la disolución de dicho Consejo.

En el núm. 82 de la “Revista de Estudios Políticos”(1.993), del Centro de Estudios Constitucionales, se reseña que: “Como no podía ser de otra manera, esos mismos presupuestos (“la tolerancia y el empeño de apaciguamiento en la virulencia de las querellas ideológicas en un mundo de dogmatismos aniquiladores”) presidieron su actividad como hombre público en el momento de la Transición. Su papel de mediador de las distintas fuerzas políticas, que se plasmó en los famosos “Documentos Ollero”; su actuación como Senador Real en la elaboración de la Constitución y su participación a lo largo de todo el proceso democrático estuvieron orientados siempre por la doble convicción de que, sin integración efectiva, no puede haber convivencia democrática, y de que, sin transigencia real, no puede producirse integración de ningún tipo.

A Fernando Álvarez de Miranda, Presidente del Congreso de los Diputados, Embajador de España y Defensor del Pueblo, no se le escapaban las grandes dificultades de aquellos momentos, ni tampoco el papel trascendental desempeñado por DON CARLOS OLLERO GÓMEZ; dice en su obra Del “contubernio” al consenso, pág. 108 y 109: “Sólo la tenacidad, paciencia y autoridad moral de Carlos Ollero, un ilustre catedrático sin afiliación política concreta pero reconocido demócrata, lo hizo posible. Carlos Ollero jugó en aquella etapa un papel realmente importante, pues a su capacidad de politólogo se unía la relación mantenida durante muchos años con las fuerzas de la oposición y, por eso, insistí mucho en ponerlo en contacto con Alfonso Osorio, quien le consultó en numerosas ocasiones e incluso solicitó su dictamen sobre el Proyecto de Reforma, que transcribe en su libro Trayectoria política de un ministro de la Corona. Creo que la colaboración Ollero-Osorio, en la que tuve algo que ver, fue muy positiva y duró bastante tiempo, hasta que fue asumida directamente por Adolfo Suárez”.

Incluso en el histórico momento del pleno de las Cortes de noviembre de 1.976, DON CARLOS OLLERO GÓMEZ jugó un importante papel, circunstancia esta que también recuerda Alfonso Osorio (op. cit. Pág. 242) diciendo: “Abandoné el despacho del presidente de las Cortes y me dirigí al del oficial mayor de las Cortes, Felipe Rica. Desde allí llamé a Carlos Ollero y procedí a leerle el texto propuesto por la ponencia. Carlos Ollero me lo hizo repetir un par de veces. Poco después me llamaba: “Creo –me dijo- que la redacción es correcta; creo que es aceptable para la oposición; lo importante es que la Ley no encalle en estas Cortes. Después, supongo, se hablará en el momento que se redacte la Ley electoral.” Volví al despacho de Torcuato Fernández Miranda y le transmití a Adolfo Suárez mi conversación con Carlos Ollero. A la vista de ésta, Adolfo Suárez dio su visto bueno a la ponencia”.

Fue designado por S.M. el Rey Senador Real en el periodo constituyente (1.977-1.978) junto con personalidades como D. Torcuato Fernández Miranda, D. Camilo José Cela, D. Julián Marías, D. Antonio Pedrol Ríus, D. Justino Azcárate, D. Luis Sánchez Agesta, D. Maurici Serrahima, D. José Ortega Spottorno, D. José Luis Sanpedro, D. Alfonso Osorio, D. Domingo García Sabell, etc. En el Senado constituyente, fue Portavoz del Grupo Parlamentario “Agrupación Independiente” en la Comisión Constitucional de la Cámara Alta, grupo este que integraba a Senadores de carácter más liberal entre los de regia designación. Las Actas de Sesiones del Senado, en el periodo constituyente, reflejan sus múltiples intervenciones y aportaciones al texto final de la Constitución, muy especialmente en la redacción de su artículo primero y en la configuración de la forma política del Estado español como Monarquía Parlamentaria. En su condición de Senador, fue elegido Consejero del Reino y Vicepresidente de dicho Consejo, dándose la circunstancia de que el referido Consejo fue el único, en la historia de dicho órgano, votado en unas Cortes, a su vez, democráticamente elegidas por sufragio universal.

Fue Consejero del Tribunal de Cuentas, designado por mayoría cualificada del Senado (1.982) y Presidente de su Sección de Enjuiciamiento.

La Revista de Estudios Políticos (Nueva Época-Diciembre de 1.993), integrada en el Centro de Estudios Constitucionales, se refería a DON CARLOS OLLERO GÓMEZ en estos términos: “Puestos a mencionar sus logros científicos, sería obligado detenernos en el análisis de muchos de sus trabajos, en cuanto brillantes predicciones de temáticas fecundas en el campo de las ciencias sociales. Podemos consignar, entre otros ejemplos, el nuevo planteamiento por él realizado del problema de la forma política, núcleo del actual interés por el análisis de los sistemas; la explicación de las transformaciones contemporáneas de la representación política; el estudio sobre el carácter endógeno de los grupos de presión en la democracia industrial y la necesidad de su encuadre institucional; la superación del radicalismo como evasión de la dialéctica real entre los contenidos ideológicos y las estructuras políticas; el esclarecimiento de la evolución del Derecho Político en España; el anuncio de la crisis de una investigación meramente empírica y descriptiva de la realidad política; la interrelación entre desarrollo económico y desarrollo político; la consideración de la Sociedad y la Política como temas literarios, con el esbozo de una Sociología de la Literatura, cuando apenas si ésta tenía carta de naturaleza como saber científico, etc.”

Autor de numerosos libros, entre los que cabría mencionar: “Introducción al Derecho Político”, “Estudios de Ciencia Política”, “El Constitucionalismo de la Post-guerra”, “Dinámica Social, Desarrollo Económico y Forma Política”, “La Sociedad y la Política como temas literarios (reflexiones sobre Honorato de Balzac)”, “La Política como realidad; la

realidad como literatura”. Dirigió y escribió gran parte de los volúmenes de la obra “El Estado y los sistemas políticos contemporáneos”, editado por la UNED. La muerte le sorprendió cuando trabajaba en la obra “La significación histórico-política de la Corona y su tratamiento constitucional en España y en Europa”.

Hasta 1.975, DON CARLOS OLLERO GÓMEZ ni solicitó ni obtuvo condecoración de especie alguna. Nunca las solicitó; pero la llegada de la Democracia subsanó esta omisión.

A propuesta del Ministro de Asuntos Exteriores y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del 20 de junio de 1.984, en atención a los méritos y circunstancias en él concurrentes, le fue concedida por S.M. el Rey la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil (R.D. 1163/84, de 20 de junio). A propuesta del Ministro de Justicia y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión de 24 de abril de 1.992, en atención a los méritos y circunstancias en él concurrentes, le fue concedida por S.M. el Rey la Gran Cruz de San Raimundo de Peñafort (R.D. 419/92, de 24 de abril). Fue nombrado Miembro de la Orden del Mérito Constitucional (1.991) y le fueron otorgadas las siguientes distinciones: Medalla de Oro de la Universidad Complutense de Madrid, Medalla de Oro de la Universidad Internacional “Menéndez Pelayo” de Santander y Medalla de Oro de la Asociación Española de Ciencia Política (1.983). Autor de numerosos trabajos publicados en Revistas extranjeras y españolas, finalizó su dilatada andadura universitaria en calidad de Profesor Emérito de la Universidad Complutense de Madrid (1.991).

Promotor permanente de las jóvenes generaciones universitarias, en su Cátedra se iniciaron y bajo su dirección culminaron su “currículum” buen número de Catedráticos de Derecho Político, entre ellos Tierno Galván, Lucas Verdú, Raúl Morodo, Pedro de Vega, Julián Santamaría, Carlos de Cabo, Miguel Martínez Cuadrado, Juan José González Encinar, etc.

Junto a Don Ramón Carande y Don Enrique Fuentes Quintana, DON CARLOS OLLERO GÓMEZ fue nombrado Hijo Predilecto de la Muy Noble y Leal Ciudad de Carrión de los Condes.

Falleció en Madrid el uno de diciembre de 1.993, día en que cumplía 81 años.

Madrid, febrero de 2.014.