Leyendas y Tradiciones
Leyendas y Tradiciones de Carrión de los Condes.
DESCRIPCIÓN
De la condesa de Carrión Dª Teresa Peláez se cuenta una curiosa leyenda milagrosa que da una explicación muy peculiar del origen del Real Monasterio de San Zoilo. En aquella época, en el siglo XI, el nacimiento de gemelos no idénticos se explicaba afirmando que la mujer había tenido relaciones con dos hombres distintos.
La leyenda cuenta que la condesa andaba celosa de su marido por verle frecuentar a una mujer casada que quedó embarazada y dio a luz gemelos no idénticos. La condesa entonces pensó que uno de ellos era de adulterio y se le confirmaron las sospechas que tenía del engaño del conde. Poco después la condesa también quedó embarazada y dio a luz gemelos no idénticos y después de lo que había dicho de aquella mujer pensó que su marido se alborotaría y la acusaría de adulterio. Ella sabía que era inocente, por lo que fue a refugiarse a la iglesia de San Juan Bautista al otro lado del río Carrión y cuando fue a cruzar el río se produjo el milagro: su manto o capa sobre el agua le permitió pasar sin hundirse y llegar a la otra orilla. El prodigio certificó su inocencia y en agradecimiento fundó un monasterio, que al principio siguió dedicado a San Juan Bautista y después se dedicó a San Zoilo por las reliquias de este santo traídas desde Córdoba.
PARTICULARIDADES:
En el Monasterio de San Zoilo se guardan los restos de la condesa Doña Teresa.
Dirección: Real Monasterio de San Zoilo
Época: S. XI
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DESCRIPCIÓN:
La llamada Cuesta de la Mora se encuentra en la entrada a Carrión de los Condes desde la carretera de Palencia (CL-615) y en ella hay una fuente o manantial que tiene una historia curiosa. Se cuenta que, en tiempos de la Reconquista, el rey Alfonso tenía una cita en este lugar con una mora llamada Zulima. Como ella se retrasaba, el rey entró en cólera y llegó a maldecir la fuente que allí había. Cuando ella llegó, bebió agua de la fuente y como estaba maldita por el rey, murió poco después.
PARTICULARIDADES:
Dirección:Entrada a Carrión por la carretera CL-615
Época: S. XIDescargar Ficha en formato PDF
DESCRIPCIÓN:
La leyenda se sitúa en el siglo VIII durante la invasión árabe.
El rey Mauregato (783-789), hijo bastardo de Alfonso I el Católico probablemente con una cautiva musulmana, se alió con Abderramán I emir de Córdoba, para conspirar contra Alfonso II y usurparle el trono poco después. Las crónicas posteriores le culpan del Tributo de las Cien Doncellas vírgenes (cincuenta nobles y cincuenta plebeyas) que, como agradecimiento a su colaboración, debía entregarle cada año, cosa que hizo durante los cinco años y medio que duró su reinado. De estas cien doncellas, correspondían cuatro a Carrión, que en este tiempo ya estaba fundada y repoblada.
Ramiro I decidió acabar con tal pesadilla y declaró la guerra. La batalla tuvo lugar en Clavijo, a 15 km. de Pamplona. Cuando las huestes cristianas estaban casi vencidas, apareció el Apóstol Santiago montado sobre un caballo blanco y decidió la batalla a favor de los cristianos que eliminaron el deshonroso tributo.
Aunque hay autores que no dan credibilidad al relato, hay indudables muestras de su veracidad en la fachada de la iglesia, hoy llamada Santa María del Camino. En el arco de la puerta principal están talladas en piedra las doncellas y los toros, sin duda en recuerdo de dicho suceso, mantenido por tradición oral durante más de trescientos años (ss. IX-XII), así como cuatro capiteles en forma de cabeza de toro. Además, en la misma iglesia se conserva un cuadro sobre tabla del s.XVII que ilustra el suceso y lleva una inscripción que lo relata. La inscripción de la iglesia comienza así: “En tiempo del Rey Miramamolín le fue tributario del Rey Mauregato de cuatro doncellas que tocaban a esta Villa y llegando al sitio con los moros que las llevaban, se encomendaron a esta imagen de la Virgen para que las librase de su cautiverio, lo que fue Dios servido por medio de cuatro toros que se aparecieron, pues acometiendo furiosos a los moros, les quitaron las doncellas y mataron la mayor parte de ellos, quedando las doncellas solas y los toros en su guarda, hasta que los vecinos las recogieron. Con el milagro quedaron las doncellas libres y esta villa exenta de tal tributo y sucedió por las pascuas del Espíritu Santo y en estos días hay dos procesiones y sermón desde el año 826. El sermón, llamado de doncellas y toros, todavía tenía lugar en el s.XVIII, pues lo cita expresamente Antonio Ponz en su Viaje de España (1791).”
Parece que en aquel lugar había una modesta ermita con una imagen muy antigua de Nuestra Señora, llamada del Parral por una gran parra que había en la puerta. Cuando las doncellas iban a ser entregadas a los moros, al pasar por delante de la ermita volvieron la vista a la imagen y se encomendaron a la Virgen para que las librase de su destino, cosa que sucedió por mediación de los cuatro toros.
Tanto la tradición como los historiadores dan por cierto que la construcción de la iglesia de Santa María se comenzó a principios del siglo IX, reinando Alfonso II el Casto, sobre los restos de una capilla bizantina. Al principio se llamó Santa María de la Victoria por el milagro relatado, y luego se llamó Santa María del Camino porque a su lado pasaban los peregrinos que iban a Santiago de Compostela. En años sucesivos, se estableció en la localidad la tradición de celebrar corridas de toros en la plaza de la iglesia y ofrecer los cueros a la Virgen, costumbre que se ha mantenido durante muchos siglos hasta los años 50 del siglo XX.
PARTICULARIDADES:
En la portada de la iglesia de Santa María se puede ver una representación figurada de las doncellas y los toros esculpido en piedra.
Dirección: Muralla junto a la iglesia de Santa María
Época: Finales del siglo VIIIDescargar Ficha en formato PDF
DESCRIPCIÓN:
Durante la invasión napoleónica en el año 1811 las monjas del Monasterio de Santa Clara recibieron a los soldados franceses sin oponer resistencia con las puertas abiertas y cubiertas con un velo negro en el coro. Aprovechando la sorpresa propusieron a los soldados invitarles todas las tardes a chocolate con picatostes, «pedazos de pan frito», a cambio de que ellos respetaran el Monasterio y a ellas mismas.
PARTICULARIDADES:
Dirección: C/Sta. Clara, s/n
Época: Año 1811Descargar Ficha en formato PDF
DESCRIPCIÓN:
El origen de esta curiosa costumbre de «rodar la naranja» parece estar en la época del Cid, quien en cierta ocasión trajo naranjas de Valencia como presente cuando vino a visitar a sus hijas, pero al no encontrarlas se enojó de tal forma con sus yernos que les lanzó las naranjas. Eran frutas exóticas para los niños, que se pelearon por ellas. Con el enfado y el griterío el Cid perdió la voz y cuando salía de Carrión entró en la iglesia de Santa Clara, donde después de besar la reliquia de San Blas la recuperó. Esta es la tradición y la leyenda porque la Historia lo desmiente, ya que por un lado las hijas del Cid no se casaron con los Infantes de Carrión y por otro lado, el monasterio de Santa Clara no se fundó hasta el siglo XIII.
El día de San Blas (3 de febrero), protector contra las enfermedades de la garganta, pervive la costumbre de «rodar la naranja». Después de una misa en honor del santo en la iglesia del monasterio de Santa Clara, una reliquia de San Blas se pasa por la garganta de los devotos que buscan su protección. En ocasiones también se dan a besar las reliquias de San Francisco y de Santa Clara, fundadores de la familia franciscana. A continuación si el tiempo no lo impide, los niños acuden a una era cercana para hacer rodar naranjas por la hierba y termina la celebración con una batalla campal con la fruta. En los últimos años se rueda la naranja a la puerta de la iglesia, ya que el nuevo colegio Marqués de Santillana se ha construido en la era donde antes se solía hacer. También son tradicionales los llamados lazos o cuellos de San Blas, hojaldres que las madres clarisas elaboran solamente con motivo de la fiesta de San Blas.
PARTICULARIDADES:
Dirección: C/Sta. Clara, s/n
Época: S. XIDescargar Ficha en formato PDF
DESCRIPCIÓN:
En la iglesia de San Julián hay una imagen de San Antonio de Padua que según dice la tradición tiene la potestad de conceder novio o novia a los jóvenes que se lo piden con devoción. Se han dado casos de haberle robado la imagen del Niño Jesús como condición de que se cumpla, y no devolverla hasta la fecha de la boda.
PARTICULARIDADES:
Dirección: Pza. de San JuliánDescargar Ficha en formato PDF
DESCRIPCIÓN:
Según las Actas del Martirio de San Zoilo, éste era un joven cordobés de una familia acomodada, y solía mostrar en público su fe cristiana. Él y unos veinte compañeros fueron acusados de superstitione christianitatis y fueron apresados. Consideraron que Zoilo, por su ascendencia noble, era el más cualificado e intentaron que renegara de su fe para que los demás le imitasen. Pero él no quería renunciar a su fe e incluso intentó evangelizar al juez por lo cual fue azotado y torturado.
Finalmente el juez le cortó la cabeza con su propia espada. A continuación, sus compañeros murieron también degollados el día 27 de junio de 303. En estas Actas no se constata que le sacaran los riñones, como dice la tradición y se puede ver en un cuadro que hay en la sacristía de la iglesia de San Zoilo.
El juez ordenó que todos fueran sepultados entre los paganos y se dieron severas instrucciones para que los cristianos no trataran de encontrar sus cuerpos. La Vita Beati Zoyli Martyris es un relato medieval que narra lo que sucedió después con los restos del santo. Tampoco en él se dice nada de sus riñones, sólo que fue golpeado en la cabeza y que, como era noble, recibió sepultura en el cementerio de los gentiles romanos. En el mismo relato se dice que un noble visigodo, llamado Agapio o Agapito, fue elegido obispo reinando Sisebuto (612-621) y se cuenta cómo aquél encontró los restos mortales de San Zoilo mediante un sueño en el que se le apareció el santo. Ya en el siglo IX había en Córdoba una iglesia parroquial dedicada a su devoción.
La aceptación por el pueblo de las reliquias requiere la intervención del santo en prodigios milagrosos. San Zoilo es considerado el patrón contra las dolencias de órganos, en especial del riñón. En Córdoba se conservan unas casas, junto a la iglesia de San Miguel, en las que dice la tradición vivió el Santo y se tiene en gran veneración el llamado Pozo de San Zoilo, a cuyas aguas se atribuyen milagrosas curaciones de males renales, ya que según la creencia popular, a este pozo se arrojaron sus riñones tras su martirio. Una copia de un manuscrito escrito por el abad Rodulfo hacia 1136 narra los siguientes milagros:
Cuando Fernán, hijo de D. Gómez Díaz y Dª Teresa, Condes de Carrión, y los suyos, estaban trasladando los restos de San Zoilo desde Córdoba, por temor a judíos y musulmanes hacían sus paradas en ciudades amuralladas. Cuando querían salir de madrugada, las puertas cerradas y sin guardas se abrían sin llave alguna por intercesión del Santo.
Había en Vasconia un pobre que tenía el cuerpo tan contrahecho que no podía andar y sólo se podía mover arrastrándose por el suelo. Vivía de las limosnas y con lo que le daban consiguió ahorrar para comprarse un burro y así conseguir su mayor deseo, que era hacer la peregrinación a Santiago de Compostela. Inició el viaje, pero cuando salía de Carrión se le murió el burro. Estaba desesperado y lloroso, hasta que alguien se interesó por él y le dijo que se encomendase a San Zoilo. Así lo hizo, sus miembros se estiraron y quedó completamente curado.
Una campesina no quiso celebrar la fiesta de San Zoilo y siguió trabajando con la rueca, pero la mano que sujetaba el huso quedó retorcida y pegada a la espalda, hasta que fue a rezar a San Zoilo ante sus reliquias y confesó sus pecados. Entonces recuperó la forma original en presencia de muchos vecinos.
Un día de tiempo claro y despejado, mientras los monjes del monasterio cenaban, se desató tal tormenta que cayeron granizos como grandes piedras. Como era costumbre, los monjes tocaron las campanas y se postraron en oración, pero la tormenta no cesaba, hasta que uno de ellos sacó las reliquias y las puso bajo la lluvia, quedando entonces las piedras como suspendidas en el aire.
Había un herrero que no creía que las reliquias del mártir estuvieran en Carrión sino en Córdoba y siguió trabajando el día de su fiesta. Los vecinos se lo reprochaban, pero él decía que el Santo no se enfadaría por ello. Pero mientras perforaba con hierro candente unos mangos de hoces se atravesó sus propias manos, sufriendo un dolor terrible. Confesó entonces su error y reconoció la presencia del mártir, con lo que se curó.
Un caballero llevó a sus caballos a pastar en los sembrados del monasterio de San Zoilo y aunque los monjes se lo reprendieron, no les hizo caso. Entonces quiso el mártir que algunos fueran envenenados, por lo que nadie volvió a dejar a ninguna bestia entrar en esos sembrados.
Había un vecino que hablaba de tal manera que parecía poseído por el mismo demonio. Lo llevaron a la iglesia del monasterio y allí murmuraba: “Yo no quiero salir porque lo mande el mártir Zoilo”. Instantes después salieron por su boca como dos carbones con un desagradable olor y quedó sanado.
El propio mártir se apareció en Normandía a una mujer afligida y le pidió que peregrinase ante sus restos, cosa que hizo y entonces vio cumplidos sus propósitos.
En un lugar llamado Studellum -hoy Astudillo- había un pobre ciego que repartía lo que le sobraba de sus limosnas a otros pobres. En cierta ocasión llegó al monasterio de San Zoilo y postrado ante sus reliquias recuperó la vista.
Sin ella darse cuenta, una mujer emitía balidos de ovejas, ladridos de perros, cantos de aves y otros sonidos de distintos animales. La creyeron poseída por el demonio y en la procesión del día de San Zoilo la llevaron ante las reliquias, entonces el mártir la sanó dejando un fuerte olor fétido como recuerdo del demonio saliendo de su cuerpo.
Un labrador despreciando la fiesta de San Zoilo se fue a segar, pero se le torcieron las manos. Conociendo su pecado, acudió al monasterio y veló ante las reliquias toda la noche, quedando sanado al día siguiente.
Hubo otro labrador que no quiso celebrar la fiesta de San Zoilo y llevó sus bueyes a un prado de heno. Los vecinos le recriminaban su actitud y cuando iba a poner las correas a sus bueyes, vio que a uno de ellos se le cayó un cuerno. Entonces reconoció su culpa y prometió si era perdonado, pagaría un tributo a San Zoilo todos los años de su vida, cosa que hizo.
PARTICULARIDADES:
Carrión de los Condes venera reliquias de San Zoilo en el Monasterio que lleva su nombre y en la iglesia de Santa María
Dirección: C/ San Zoilo, s/n
Época: Desde el año 303Descargar Ficha en formato PDF
DESCRIPCIÓN
La casa del Lagarto se construyó como parte de la dote de la hija de doña Ana de Guardo, viuda del regidor perpetuo de Carrión de los Condes, y sería vivienda de quien se casase con ella. Doña Ana quería que su hija, que también se llamó Ana, se casara con un rico labrador, pero ella mantenía un romance secreto con Juan, el hijo del sacristán de la cercana iglesia de San Andrés, de la que eran asiduas parroquianas. Para mantener su amor secreto, Ana decía que no se casaría hasta que la casa estuviera terminada, a lo que su madre respetuosamente accedió. Cada vez que visitaban las obras, Ana ponía objeciones para retrasarlas y así poder seguir con su amor secreto. Después iban a la iglesia a rezar, y Ana siempre lo hacía ante la imagen de la Virgen de las Nieves para rogar que le permitiera casarse con Juan. Al parecer, la Virgen la escuchó, pues en la obra se apareció un lagarto que asustaba a los albañiles y derrumbaba lo que iban construyendo. No sólo eso, sino que la Virgen se apareció al párroco de San Andrés y le pidió que los casase, y así el párroco los casó en secreto. Cuando la casa finalmente se terminó, el pretendiente fue a entrar en ella con doña Ana y su hija, pero el lagarto que había crecido se paró en la puerta y dijo: “sólo podrán cruzar el umbral de este hogar quienes se tributen amor verdadero, y pobre de aquél que lo cruce sin amor”. Entonces Ana y Juan se cogieron de la mano, el lagarto se apartó y pudieron entrar; pero este se volvió a poner en la puerta y no dejó pasar a nadie más. Entonces el párroco confesó que los había casado en secreto y el pretendiente tuvo que marcharse.
Se dice que el lagarto permaneció en el tejado mientras Ana y Juan vivieron, y tras su muerte desapareció. Sus hijos, para perpetuar esta bella historia de amor, hicieron un lagarto de forja y lo pusieron en la esquina del alero del tejado para recordar a todos los que pasen que el amor es lo más importante en la vida.
PARTICULARIDADES: Hoy día el lagarto del alero del tejado esta pintado de verde.
Dirección: Pza. de San Andrés, 10
Época: S. XIXDescargar Ficha en formato PDF
OBSERVACIONES:
Estas capillas son cajas de madera, una de sus caras es acristalada y queda cerrada por dos puertas. En su base llevan un cajón con ranura a modo de hucha. En su interior portan una imagen de devoción a la que acompaña un adorno floral.
Se llevan de la mano gracias a un asa metálica colocada en la parte superior de la Capilla. Van de casa en casa siguiendo una lista que puede leerse en el respaldo de dicha Capilla. Este recorrido se realiza en 30 días, en los que la imagen visita 30 hogares.
Se entrega diciendo: -“Ave María Purísima” y quién recoge la capilla contesta: -“Sin pecado concebida”.
Se instala en un lugar preferente del hogar, se le enciende una vela delante y se reza el Rosario en familia y se le despide al día siguiente con una oración y un óbolo que se deposita en la hucha.
En Carrión se mantienen las Capillas dedicadas al Corazón de Jesús, La Sagrada Familia, Virgen del Carmen, Virgen Milagrosa, Santa Rita, San Antonio o la Virgen del Rosario.
PARTICULARIDADES:
Dirección: Real Monasterio De San Zoilo.
Teléfono: 979 880 072Descargar Ficha en formato PDF