Se trata de una celebración que los niños, jóvenes y adultos de Carrión suelen recordar con simpatía.

La tradición es que los profesores y los niños por la tarde van hasta el Monasterio de Santa Clara a «besar la reliquia» y llevan en los bolsos unas naranjas que posteriormente ruedan en las eras cercanas al monasterio. En otros tiempos, la naranja estaba considerada como una fruta muy apreciada y difícil de conseguir.

La fiesta comienza con la Santa Misa en el Monasterio de las Claras, lugar donde se encuentran las reliquias de San Blas, intercesor y protector de las enfermedades de garganta. La tradición consiste en acercarse, después de la misa, a venerar las reliquias.

Los niños que han venerado las reliquias ruedan las naranjas por la explanada de las Claras y eras de Santa María.

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